jueves, 18 de febrero de 2010

22: 36 hrs

Hoy debo compadecer aquellos días en que aflora una claridad entre las nubes

Pretendiendo un atisbo de esperanza cuando es inminente la tormenta

El viento presuroso comenta entre las copas más altas que las cosas no cambian

Es verdad no cambian, quien puede tener objeciones si es sorprendido por la verdad

Las cortinas impiden que las luces de la calle iluminen la sala Inundada por el olor a olvido

Hace años que no la visitan es un poco evidente, pero el reloj constante en su trabajo lo pasa por alto

Y sigue su marcha frenética buscando que alguien lo detenga.

De pronto un ruido sorprende a los inertes adornos y muebles, son los intrusos que han decidido cambiar la Rutina por la vieja casona familiar, será una temporada muy recordada

Es difícil que comprendan que no deben cambiar nada que seria una pena si destruyeran algo, Pero no escuchan es inútil, no entienden el mensaje

Estan terminando las vacaciones y para celebrar la familia organiza una reunión con todos los vecinos

Fue un infarto, por unos instantes la pena parece ser superada por la sorpresa

El tiempo se detuvo a las 22:36 minutos los extraños dejan la casa

Es tiempo de despedidas, los camaradas acentúan el silencio recordando al pequeño reloj

No todos se acostumbras a que la sala se perdió en el tiempo.

1 comentario:

Connie Tapia M. dijo...

los tiempos se congelan en un recuerdo colgado en la mente... el dolor se plasma y no paraliza, seguir, luchar, crecer. Lo comun, en lo poetico, ya no lo hace comun